viernes, 19 de junio de 2009

La superficialidad de la televisión

La televisión es un medio de gran difusión que ofrece variedad de contenidos, por lo tanto es apto para todo tipo de público, sin embargo, tiene normas que debe respetar, teniendo en cuenta los derechos de los ciudadanos y el cuidado de la dignidad y el respeto por los demás.

Desafortunadamente, este medio se ha dedicado a mostrar contenidos dirigidos a entretener al público, lo que ha causado que las personas se acostumbren a la mediocridad, ya que se quedan con la información que les muestran sin indagar o investigar más sobre los mensajes que les transmiten.

Lo preocupante del asunto es que el público, que debería interactuar con el medio, se muestra conforme con los contenidos sin sentido que ofrecen algunos programas de televisión y que van en contra de la dignidad humana, alimentando el morbo de los espectadores.

La televisión muestra lo que la gente quiere ver ¿Qué clase de televidentes hay en nuestro país? Televidentes que disfrutan el amarillismo de los contenidos, que se quedan inmóviles ante la superficialidad, que no piensan en las consecuencias que pueda traer el hecho de que nuestros niños se están educando con la televisión y que no hay muchas opciones educativas.

¿Y qué podemos hacer? ¿Quién tiene la culpa? ¿La televisión o los televidentes? Esto deja mucho que pensar porque los contenidos los construimos todos y a pesar de la inconformidad de algunos con la superficialidad de la televisión, hay otros, desafortunadamente la mayoría, que prefieren el morbo y son los que alientan a los productores y realizadores a mostrarnos mensajes sin sentido, sólo para alimentar el ocio de los espectadores.

Y qué decir de las máscaras que hay detrás de la televisión, esas que usan para ocultar la realidad y velar por los intereses de quienes tiene el poder. ¿Dónde está la ética? ¿Acaso no tenemos derecho a saber la verdad? La información es disfrazada, se transmite a medias y nadie se da cuenta. Quienes informan no investigan a profundidad, sólo piensan en la inmediatez, pero donde quedan los derechos de los televidentes y quien los defiende. Sí, hay una Comisión Nacional de Televisión que controla los contenidos, pero no muestra muchos resultados ¿Qué pasó con los principios de la televisión? ¿El respeto por la intimidad, la tolerancia, la valoración de la diversidad política y religiosa, la responsabilidad social, la protección de la infancia, la juventud y la familia?

Sería grandioso recuperar todo lo que se ha perdido, crear nuevas opciones de entretenimiento sin necesidad de degradar al hombre, mostrándolo como un fracasado o una persona poco inteligente, por qué no dar a conocer los aspectos positivos del mundo y de los humanos, por qué no dejar vivir a los demás como les guste, sin importar que sean personajes públicos, por qué no creer en la igualdad.

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