jueves, 18 de junio de 2009

El gobierno y el pueblo colombiano

La marcada influencia española en la política colombiana, abarcando también rasgos culturales, sociales y económicos, se mantiene presente por muchos años de una forma contundente Lo que era Colombia en los siglos XVIII y XIX era una copia Europea; aunque buscáramos nuestra independencia, era difícil conseguirla, porque se tenían modelos a seguir y no era fácil deshacerse del Imperio español.

El mando del país estaba en manos de españoles que no querían más que monopolizar, imponían sus reglas mediante la burocracia, estaban a favor de los más adinerados, sin embargo algunos criollos lograron acceder al poder del Estado, gracias al cese de la sujeción de la autoridad. De esta manera, Colombia trataba de liberarse de los colonizadores y de ser un país autónomo, donde pudiera darse un completo proceso de modernización y que fuera capaz de establecer sus propias normas sin necesidad de pensar en las ideas capitalistas de otros, sino en las propias.

Sin embargo, a pesar de todos estos anhelos, las élites colombianas, que eran las que gobernaban, no pensaban en el pueblo; establecían Constituciones donde la desigualdad reinaba, donde los más afectados eran los menos favorecidos, proclamaban derechos y deberes que iban en pro de intereses elititas y que ubicaban a los más pobres como sirvientes para su beneficio; ¿acaso el hombre tenía un menor valor si era de otra religión, pertenecía a otra raza y tenía un status por debajo de los poderosos? cada persona tiene facultades para desempeñar diferentes tareas y el hecho de no tener dinero no significa que no pueda aportar algo a la sociedad, sin tener que ser sometidos al maltrato y a la esclavitud.

En el siglo XIX surgen los partidos liberal y conservador, los primeros proponían un cambio radical en el sistema de gobierno y los segundos preferían mantener muchas de las tradiciones políticas del país.

El liberalismo era tal vez la salida más apropiada para la abolición de todas las injusticias del gobierno, teniendo la libertad como base de esta ideología, encaminada al mejoramiento de la economía y de la vida de los comerciantes, de los indígenas y los esclavos, de los artesanos y las clases menos favorecidas, buscando una ampliación de mercado, una reducción de impuestos, el derecho al trabajo libre y a la igualdad.

Por otro lado, el partido conservador, preocupado por la aceptación de las ideas liberales, se alía con los terratenientes, para que juntos luchen por sus intereses, que son meramente económicos y políticos, además no concebían que los menos favorecidos tuvieran la oportunidad de gobernar; el establecimiento de la igualdad era para ellos el peor peligro.

A partir de todo esto, y a pesar de las diferencias entre liberales y conservadores, se da una coincidencia, el federalismo. Ésta nueva expresión de intereses de las oligarquías, buscaba reducir el Estado en cuanto a lo que se refiere a economía, con la sucesión de impuestos a las provincias, con el fin de que los comerciantes se interesaran en invertir para aumentar sus ganancias y las del departamento, también se da la abolición de los diezmos y la desamortización de bienes de manos muertas. Todo esto, encaminado al supuesto mejoramiento de la economía del país, donde se posibilitó el desarrollo del sistema bancario, además hubo mayor movilidad de bienes raíces, mejoró la situación fiscal y se dio un desarrollo en la banca.

Colombia ha tenido un proceso difícil, donde el más afectado resulta ser el pueblo, que tiene poca participación en esta sociedad. A pesar de que en la Constitución todos somos iguales, esos restos de la historia de la esclavitud y la servidumbre, siguen vigentes, porque vemos muchas personas que no pueden salir adelante sin dinero y sin poder, además el gobierno está a cargo de personas que actúan para su propio beneficio y no para el beneficio del pueblo como debería ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario