miércoles, 6 de enero de 2010

SÁBADO

Poco tiempo, una vida, muchas ansias... Qué hacer un fin de semana, ¿Quedarme metida en el claustro disfrazado tranquilidad? Ahora comienza una larga deliveración interna. Es sábado, son las 7 de la noche, acabo de llegar de una tarde llena de poesía y hip hop, algo cansada me dirijo a la cocina a indagar sobre el manjar con el que estaba soñando camino a mi casa, como de costumbre mi fantasía se ve interrumpida por la supuesta realidad, un plato de comida desabrido, un jugo simple que sabe a lunes, acto reflejo, el hambre desaparece. Cojo mi computador, entro al msn, observo mis contactos tratando de descubrir con quien podría compartir la noche, minutos después se abre una ventana, Andrea me invita a rumbear a su guarida nocturna, pregunto con quién va para no frenar la conversación; llega la respuesta esperada: no. Las opciones de salir son escasas, el tiempo se agota... Estoy decidida, saldré a tomarme una cerveza. Aparece un acompañante invisible, vamos al lugar de siempre, la música invade todo mi cuerpo, me dejo llevar, luego viene otra cerveza, hablamos un poco... Ya son las dos de la mañana, las luces advierten sobre el cierre del establecimiento. Vuelvo a mi claustro. FIN.

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